Los erizos de mar pertenecen a la familia de los equinodermos (esto significa piel espinosa). El cuerpo es esférico con un caparazón sólido e inmóvil, visiblemente aplanado a lo largo del eje polar y está armado de espinas móviles, relativamente largas, el movimiento de las espinas le permite moverse en todas las direcciones. Tienen una boca provista de una colección de piezas mandibulares calcáreas a modo de dientes que componen la “Linterna de Aristóteles”, pudiendo tomar tonos verdosos, morados, lilas, azulados o castaños en función del hábitat donde vive.
Son andadores, realizan migraciones diurnas se arrastran por el fondo y trepan por las rocas.